Editorial
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FIDEICOMISO CAFETALERO |
El fideicomiso cafetalero, con la suculenta suma
de 100 millones de dólares, ha generado una polémica que irá en crecimiento
en la medida en que comience a capitalizarse y sirva para refinanciar
compromisos de una minoría que, de acuerdo a la presidenta de la
Comisión Nacional de Bancos y Seguros, se eleva a 15 mil, entre los
que hay un número escandalosamente diminuto que mantiene una alta
cartera deficitaria.
La historia se repite con la escenificación de la tajada del león, lo cual debiera
objeto de análisis y de regulación en el reglamento de la ley, pero nunca para
obstruir la ayuda a los pequeños caficultores que son la inmensa mayoría.
Esta es la manzana de la discordia que ha hecho que los exportadores congelen
nuevas compras hasta que sean aprobadas las normas a la Ley de reactivación financiera
del sector productor para el manejo de fideicomiso que se capitalizará con cuatro
dólares por cada quintal exportado.
La decisión de los exportadores y la suspensión del registro de compra por parte
del Instituto Hondureño de Café no tienen mayor trascendencia en estos momentos,
puesto que el año cafetalero comenzó recientemente y las ventas son escasas.
Sin embargo, debe apurarse la elaboración del reglamento en que conste claramente
que es respaldo a productores, cuya fuente de ingreso personal y familiar es
la caficultura, no para quienes buscar solventar sus préstamos destinados a otras áreas
o al consumo.
Porque el dinero que se deducirá a todos los productores, deban o no a los bancos,
debiera considerarse como respaldo solidario para que no pierdan sus tierras
y no como oportunidad de pagar multimillonarias deudas. Esto es lo que generalmente
sucede, dejando a los pequeños, a esos más de 50 mil productores que fincas menores
a cinco manzanas, sin el beneficio del alivio que posibilite la recuperación.
¿ Se reactivará el sector cafetalero con la vigencia del fideicomiso y el encauzamiento
de los recursos a disminuir la presión de los bancos sobre los productores? No
es la primera vez que se han destinado fondos al sector y no han llegado a la
base. El año pasado el Ihcafe recibió 40 millones de lempiras, como préstamo
puente, mientras se recibía un crédito de Taiwán por 20 millones de dólares.
Además se entregó otra suma millonaria producto de retenciones para la mejorar
la calidad del grano.
Todo ello, sin embargo, no resulta suficiente ante la sostenida bajo de los precios
en el mercado internacional en el que no se vislumbra a corto plazo repunte,
menos, las alzas de los años de bonanza. Anhelar la recuperación de rentabilidades
como en el pasado es soñar y sólo un golpe de la naturaleza en Brasil que también
se ha preparado para ello, podría llevar alegría a nuestros productores.
En la presente cosecha que inició el 1 de octubre, Honduras producirá más de
tres millones de sacos de 46 kilos que se exportarán a Alemania, en un 70 por
ciento, y el resto a Canadá, Estados Unidos, Japón. De acuerdo a las estimaciones
Ihcafe su venta generará 192 millones de dólares.
Pero lo más importante es que el café es patrimonio de decenas de miles de familias
que en pequeñas parcelas cultivan el grano en combinación con verduras para la
subsistencia.
Es esta inmensa mayoría de productores los que sienten en carne propia el bajo
precio, no quienes desde las ciudades dan instrucciones sobre sus propiedades
en el campo. |
05 de noviembre
de 2003
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